4.5
Me duele la nariz de tanto llorar. Soy incapaz de describir lo mucho que me ha llegado este libro, no sólo por la triste realidad que describe, si no porque la autora crea escenas realmente duras. No es un libro con mucha acción, ni giros inesperados. Ni siquiera tiene un final cerrado. Pero por eso mismo lo he sentido tan intensamente, porque retrata una evolución, la reconstrucción de alguien que ha tocado fondo.