Luminous Words

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Reseña:

Probablemente, muchos conoceréis Forbidden porque narra el romance entre dos hermanos, teniendo como consecuencia un lado que se arroja hacia el libro por el simple morbo y otro que arrugará la nariz con desprecio, incapaz de ver más allá de sus prejuicios. A todos ellos, os voy a dejar claras dos cosas: en primer lugar, no entiendo la existencia de prejuicios en un libro, en una obra de ficción. ¿En la vida real? De acuerdo. Pero en la literatura todo es posible, no existen barreras. En segundo lugar, la autora narra la relación de tal forma que es imposible no entenderla - si quieres entenderla, por supuesto -: imaginad los típicos mejores amigos que pueblan muchos libros, aquellos que han crecido juntos, compartido todo, y al final se han dado cuenta de que era algo más que amistad. Esos son Lochan y Maya.

Además, esta novela no es sólo eso, contiene miles de pequeños detalles, de los cuales el romance es sólo una pequeña parte. Una madre alcohólica, incapaz de asumir responsabilidades, que deja que sus hijos mayores se encarguen de todo, malgastando el dinero que no tienen para disfrutar con su nueva pareja. Un hermano rebelde, mezclado en drogas y malas compañías. Un trastorno de ansiedad, que no permite tener una vida normal. El terror, la angustia, la incertidumbre de pensar en un futuro. Todo eso es Forbidden.

“At what point does a fly give up trying to escape through a closed window–do its survival instincts keep it going until it is physicaly capable of no more,or does it eventualy learn after one crash too many that there is no way out?
At what point do you decide that enough is enough?”


Los personajes que me han acompañado en esta dolorosa travesía se sienten tan reales que sufres sólo con recordar sus frases, el sonido de sus risas que te imaginabas en tu mente... Cada uno de ellos es diferente, con sus momentos irritantes y sus escenas adorables. Willa, la menor, es pura ternura, una niña de 5 años que, a pesar de ser tan joven, es consciente de la dura y situación e intenta no molestar nunca. Tiffin es pura energía, un chiquillo optimista y travieso. Kit, es el típico pre-adolescente torturado por una situación familiar tan asfixiante que opta por las malas compañías y una postura rebelde. En cuanto a Lochan y Maya... No podrían ser más opuestos, pero se complementan. Lochan sufre ansiedad social, es tímido y responsable, pero se toma todo tan en serio que tiende a abrumarse y explotar. Honestamente, la mayoría de veces que he llorado ha sido por la tristeza que me embargaba al mirar desde los ojos de este personaje, sintiendo su angustia. Por otro lado, Maya es pura energía y ha transformado el fingir en un arte. No obstante, en muchas ocasiones no lograba entenderla: en un momento se comportaba de forma maliciosa, cruel y egoísta sin venir a cuento y al siguiente era pura dulzura.

“You've always been my best friend, my soul mate, and now I've fallen in love with you too. Why is that such a crime?”
* * *
“And I know how he feels—it’s so good it hurts. I think I’m going to die from happiness. I think I’m going to die from pain. Time has stopped; time is racing.”


La forma de escribir de Tabitha Suzuma posee una melodía propia, unas palabras combinadas en perfecta armonía que culminan en unas descripciones abrumadoras, intensas. No son sólo frases bonitas, son armas de doble filo, capaces de traspasar las páginas de la historia y desgarrarte el corazón y hacer que termines llorando desconsoladamente, incapaz de dejar de leer. Además, la historia está contada alternando capítulos narrados desde el punto de vista de Lochan con otros desde el de Maya, y ambas narraciones están totalmente diferenciadas, ligadas a sus propias personalidades. No obstante, si tuviera que ponerle una queja al libro - además de lo irritantes que resultaban Lochan y Maya en algunos momentos - es que el ritmo decae bruscamente en el medio del libro. El inicio es impecable, adictivo, al igual que el final, pero ese espacio intermedio resulta algo pesado, repetitivo.

Como siempre, un breve comentario acerca de la lengua: yo lo he leído en inglés y no es muy complicado, el único problema es que tiene mucha narración y poco diálogo, por lo que la lectura puede resultar pesada y perder el hilo de la trama si no estáis acostumbrados. Pero no os preocupéis, como muchos sabréis, Oz Editorial ha comprado los derechos para traducir este libro a nuestro idioma y planean publicarlo este otoño.

¿Lo recomiendo? Por supuesto. Pero no tenéis que leer este libro sólo por lo morboso del asunto, o asqueados por un tipo de relación que no aprobáis: tenéis que leer Forbidden dejándoos llevar por la pluma de Suzuma, observando las vidas de unas personas miserables, desafortunadas, que nunca tuvieron una oportunidad. Porque, debajo de la superficie, hay mucho más. Y no sé vosotros, pero yo estoy deseando paladear de nuevo la pluma de la autora, bucear en su imaginación en otra de sus novelas. Tengo claro que esta no será la última vez que lea a Tabitha Suzuma.

“Nothing can relieve the pain. Not crying, laughing, screaming, begging. Nothing can change the past.”