Luminous Words

El chico malo  - Abbi Glines, Marta Becerril Albornà La dualidad chico bueno - chico malo me ha atraído desde siempre, sobretodo cuando el lado tierno del malo salía a la luz y el bueno se desmelenaba un poco; es genial cuando ambos personajes te seducen por igual a pesar de ser totalmente opuestos, por no hablar de ese momento en el que tomas un bando y tiras tomates a los que escogieron el contrario. Cuando leí Memorias de Idhún, me enamoré de la dulzura de Jack; cuando devoré Susurros, el misterio y el semblante oscuro de Morfeo me cautivaron. Y mejor no comentar la brutalidad con la que me robó el corazón Landon en Un paseo para recordar. Me gustan los chicos malos, me gusta que siempre sean de algodón de azúcar y que terminen cantándote a capella en las gradas como Heath Ledger en 10 razones para odiarte. ¿Por qué digo todo esto? Para justificar los motivos que me llevaron a leer este libro, para admitir que de verdad quería que me gustara. Lo intenté, lo prometo. Pero simplemente no pude.

Ashton es el modelo de la chica perfecta de un pueblo sureño: hija del párroco, modelo ejemplar, casta, saliendo con el chico perfecto del pueblo... O al menos, así es de cara a los demás. Su interior hierve por el deseo de aventuras, desenfreno y pasión y cuando el primo de su novio Sawyer, Beau, le ofrece todo eso en bandeja de plata... Es incapaz de resistirse.

El chico malo tiene dos problemas, dos enooooormes problemas: en primer lugar, tenemos a Ashton, nuestra protagonista cabeza hueca, con delirios de grandeza y mentalidad de una niña de quince años. En serio, entiendo que se sienta oprimida por toda la presión de ser la hija del párroco y tener el novio perfecto al que estar a la altura... Pero eso no justifica sus problemas mentales. Repite una y otra vez que es una 'Niña buena haciendo cosas malas jijiji'; ¿Qué cosas malas? ESTÁS JUGANDO AL BILLAR, TÍA. ¿Y qué niña buena? Eres una perra en celo. Y ella es el motor de toda esta infidelidad, a la que le importa un cuerno todo... Y cuando Beau deja prácticamente muerto a un chico que le ha tocado la pierna a Ashton y ella sólo puede pensar en lo sexy que es que Beau tenga los nudillos en carne viva por haberla defendido... POR FAVOR. En fin, no digo más escenas porque os resumiría el libro, pero Ashton es el ser más despreciable que he conocido. Bella Swan parece simpatiquísima a su lado. En conclusión: un personaje femenino con muchas aguas y cuyos actos no se fundamentan por ninguna parte.

El segundo, y probablemente el más importante, es la forma de escribir de Abbi Glines. Decir que escribe mal es quedarse corto, parece que no haya leído un libro en su vida. Las descripciones son inexistentes, es repetitiva hasta la saciedad y sus frases parecen el guión de una película mala. Un claro ejemplo de éste detalle, es un momento en el que Beau y Ashton empiezan a montárselo y me quedo 'No me jodas, ¿Lo están haciendo en la calle?'; empiezo a retroceder páginas para ver si han cambiado de escenario, si han comentado que están en un sofá, en el suelo, lo que sea... Y nada. La anterior escena estaban en la calle, en esa nadie lo sabe.
Por no hablar de sus valores... En serio, no me vayas de moderna publicando novelas en las que los jóvenes tienen sexo (que por cierto, no es novela erótica, no os engañéis) y luego crees un grupo de 'Chicas del espíritu' que son las encargadas de hacer los deberes, masajes y otros favores a los chicos del equipo. Eso es retrógrado y machista a más no poder. ¡Y nadie dice nada!

¿Y qué pasa con el tipo que da nombre al libro? ¿Nuestro chico malo? Pues es bastante decente, la verdad. Es pobre, su madre se acuesta con tipos diferentes cada día, bebe, se pelea, tal y cual... Pero está enamorado de Ashton desde siempre, haría cualquier cosa por sus seres queridos y la verdad es que es bastante coherente con sus actos. Es el único de los dos que se muestra arrepentido hacia Sawyer y el que más sufre. Sí, es un matón violento y voluble pero la verdad es que si el libro hubiera estado narrado sólo desde su punto de vista, habría mejorado bastante.

A pesar de todo eso, el libro tiene un ritmo y un enganche endiablado: se lee muy rápido y cuando lo terminas tienes ganas de leer el siguiente (es como la comida del McDonald's: la odias, te da dolor de barriga pero siempre quieres volver). Además, la verdad es que el final me ha dejado bastante impresionada: a lo largo de las últimas 50 páginas, los tres personajes dan un giro radical y empiezan a conectar de forma sensata, además de descubrirse un secreto que me pilló totalmente desprevenida... En serio, llegué a disfrutar los últimos capítulos. Probablemente si Ashton hubiera muerto, el final hubiera sido aún mejor.

Y por todos esos motivos, soy incapaz de ponerle nota a este libro: los puntos negativos claramente superan a los positivos, pero no puedo olvidar que devoré el libro en una tarde y el final me dejó un buen sabor de boca. ¿Lo recomiendo? Sí. Hay muchísima gente a la cual este nuevo género le encanta y tiene una nota superior a 4 en Goodreads. Podríamos decir, que el New Adult no es para mi, pero no tiene por qué no ser para vosotros tampoco. Y la verdad, lo bien que me lo he pasado criticando este libro no me lo quita nadie.

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